Hoy Zaragoza ha amanecido con el eslógan publicitario de “En vez de chatear, qedemos en un bar”. Ilustre gilpollez desde el departamento de márqueting de Ambar.
A ese publicista, que queda con sus amigos para chatear le digo… replantéate la vida. Yo soy adicto a internet y no quedo para chatear, si quiero quedar con un amigo, quedo en un bar. Puedo llamarlo por teléfono, mandarle un e-mail, o hablarle por el “chat” (Dios, suena como de los noventa).
El caso es que si ese publicista me dijera eso por algún tipo de mensajería instantánea, se me ocurren muchas cosas que contestarle.
- ok, pero ¿quedamos por aquí?
- ¿Un lunes a las 5 de la mañana?
- ¿Pero yo no te tenía bloqueado?
- Contigo, y con la tía que me estoy ligando, y con mi madre, y con mi primo… que tengo vida social, no como tú.
- ¿Ok, y chateamos allí?
- ¿Chat?¿No conoces facebook?
- Yo ya estoy en un bar, vente si quieres.
En el siglo pasado, cuando había que llamar por teléfono para entrar a internet, aún quedabas para chatear… Ahora uno está en el chat igual que está con el móvil encendido.
Esto me recuerda que hay gran parte de la sociedad española que sigue viviendo en el siglo pasado… ¿Perdone, me puede grabar interné en este disquete?