Has tenido una gran idea que va a revolucionar el mundo, pero… ¿Van a entender los demás tu genialidad?
En este artículo vamos a ver cómo incrementar las posibilidades de éxito de nuestra idea, realizando un trabajo previo antes de compartirla.
Este artículo continúa la serie ¿Cómo implementar ideas sin asesinar a nadie?:
¿Por qué hay que preparar una idea antes de presentarla?
Ponte en el lugar de tu jefa, a la que vas con tu gran idea. Siguiendo el ejemplo del artículo anterior: “¿Y si hacemos una aplicación para realidad virtual de nuestro producto?”
La pobre mujer está enterrada en reuniones, preocupada por llegar a los objetivos, mientras tiene una persona de baja, otra a punto de explotar por la ansiedad. Además está bloqueando trabajo extra que le intenta pasar la jefa jefaza, y está apagando un fuego que ha empezado otro departamento.
¡Ansiedad! Qué estresante, ¿verdad?
Bien, ahora llegas tú con tu gran idea. En su cabeza se traduce en trabajo extra, sin nada que ganar a cambio. Tienes suerte de que no te grite: “Haz tu p**o trabajo y déjate de tonterías”.
Si quieres que alguien te escuchen, tienes que demostrar que respetas su tiempo:
- Asegúrate de que tu idea merece la pena.
- Ponte en el lugar de los demás, ¿Cuáles son sus objetivos?
Con un poco de preparación, tu idea en vez de parecer una carga hará que te vean como una persona con iniciativa.
1. Prepárate para tomar las riendas
Nuestras ideas son como nuestros hijos, perfectas a nuestros ojos. Sin embargo, a ojos de los demás pueden ser el infierno. Por eso antes de darle alas a una idea hay que pensar un poco, al igual que se debería pensar un poco antes de buscar tener un hijo.
- Asegúrate de que es una buena idea.
- Prepárate para defender tu idea.
- Piensa en la crianza de tu idea.
Cuando tienes un hijo, no se lo das a otra persona para que lo críe, ¿verdad? Pues lo mismo con las ideas. Es muy raro que alguien escuche tu idea, la entienda al 100% a la primera, y quiera hacerse cargo de todo el trabajo que supone llevarla a cabo.
El trabajo para llevarla a cabo incluye cosas como:
- Convencer a gente.
- Pulir la idea y enfocarla.
- Hacer un plan.
- Ejecutar el plan.
- Hacer el seguimiento del plan y adaptarse a la realidad.
Normalmente solo pensamos en la ejecución del plan, y nos olvidamos de que hay mucho trabajo invisible.
Tienes que prepararte tú misma para dirigir esos pasos, cargar con el peso del trabajo extra y estar lista para un posible fracaso.
2. Analiza: ¿Es una buena idea?
El coste es alto, así que el primer paso es preguntarse: ¿Merece la pena?
Si ya de primeras te contestas “NO”, ya puedes aparcar la idea y dedicarte a otra cosa. Si en cambio la respuesta es un “SÍ” o un “puede”, entonces vamos a analizarla un poco más en detalle.
Respóndete a estas preguntas:
- ¿Cómo encaja esta idea dentro de la visión general del proyecto?
- ¿Cómo ayuda a los objetivos del proyecto?
- ¿Y a los objetivos de tu equipo?
- ¿Cuáles son los costes? (Tiempo, esfuerzo, dinero).
Lo normal es que no seamos neutrales y estemos sesgados. Cuando se trata de una idea nuestra tendemos a minimizar los riesgos y maximizar los beneficios. Sin embargo, cuando se trata de una idea ajena tendemos a verla mucho más arriesgada, y menos beneficiosa.
Algo que te puede ayudar a ver las cosas desde otro punto de vista es entrevistarte a tí mismo como si fueras tu jefa. Ponte en el lugar de ella y ten una conversación contigo mismo. Intenta sacar todas las pegas que podría sacar tu jefa, y asegúrate de que las tienes cubiertas en tu plan.
Por ejemplo:
- Jefa: Pero… ¿Para qué queremos que nuestra app funcione en realidad virtual, si nuestros usuarios no usan eso para nada? Ahora lo que está de moda es la inteligencia artificial.
- Tú: Oh, vaya, quizá no merezca la pena como un producto útil. Pero es algo muy visual que se podría utilizar como herramienta de marketing.
No tengas miedo de ajustar tu idea. Te sorprenderás de lo lejos que puede llegar algo que pensabas que era una tontería.
3. Toma decisiones basadas en datos
Otra cosa que te ayudará un montón es recoger datos y hacer estimaciones. Reemplaza los muchos, pocos, bastantes, y un montón por datos concretos.
No es lo mismo decir “esto va a afectar a un montón de usuarios”, que decir “esto impactará al 66% de nuestros usuarios”.
No es lo mismo decir “esto nos lleva demasiado tiempo, vamos hasta el cuello”, que decir “estamos perdiendo tres horas al día en esto, podríamos estar haciendo el doble de trabajo”.
Busca los datos, pide ayuda si es necesario. Si has cultivado una buena relación con tus compañeros, este es un buen momento para pedir favores de vuelta.
Pueden pasar tres cosas:
- Que encuentres datos que refuercen tu idea, y te ayuden a venderla mejor.
- Que al tener más contexto tu idea evolucione en algo totalmente diferente. Sin haber buscado los datos te hubieras quedado en presentar algo mediocre.
- Que te des cuenta de que tu idea no es tan buena después de todo. Al final te has ahorrado a ti y a otros un montón de tiempo.
4. Tantea el terreno
¿Tienes que tener tu idea bien atada y definida hasta que lo presentes?
No necesariamente.
Puedes ir lanzando globos sonda:
- Tú: He estado pensando en formas de llamar la atención sobre nuestro producto.
- Jefa: ¿Sí? Seguro que a los de marketing les encanta.
- Tú: Últimamente estoy aprendiendo cosas de Realidad Virtual, no se si podría hacer algo con el producto.
- Jefa: Es llamativo, aunque no conecta mucho con el producto.
- Tú: ¿Y qué crees que le interesaría a marketing?
- Jefa: Creo que andaban buscando algo viral, que traiga muchas visitas. Y también algo llamativo para el stand de la próxima feria.
- Tú: ¡Muchas gracias! Le seguiré dando vueltas :).
En esta conversación hemos comprobado que nuestras ideas van a ser bien recibidas, aunque igual el ángulo de la realidad virtual necesita pensarse mejor.
La clave de la conversación está en orientarla como una lluvia de ideas. Planteamos hipótesis, en lugar de vender nuestra idea. Así tus interlocutores están en un modo más creativo y menos analítico.
Lo importante en esta conversación es conseguir contexto para darle mejor forma a nuestra idea.
En resumen
Si tenemos una idea o una corazonada podemos darle forma con un poquito de trabajo. Buscando datos, contrastando nuestro punto de vista, y alineándonos con los objetivos de los demás conseguiremos que nuestra idea sea mejor y tengamos más apoyo al presentarla.
Si quieres saber más, échale un vistazo a otros artículos en la serie ¿Cómo implementar ideas sin asesinar a nadie?: