Has tenido una gran idea y, tras trabajar en ella y prepararla bien, llegamos al momento en el que está lista para debutar. ¡Por fin!

Aunque parezca antiintuitivo, en esta fase lo importante no es convencer a los demás de que tu idea es la mejor.

Lo importante es comunicar tres cosas:

  1. Que has encontrado un problema, o una oportunidad.
  2. Que has adelantado trabajo considerando opciones.
  3. Que te gustaría coordinar la implementación de una solución.

En este artículo vamos a ver varios consejos para poder comunicar claramente estos tres puntos.

Este artículo continúa la serie ¿Cómo implementar ideas sin asesinar a nadie?:

  1. ¿Cómo prepararse para presentar una idea?
  2. ¿Cómo tener éxito fallando barato?
  3. ¿Cómo hablar el lenguaje de tu jefe?
  4. Ejecutando ideas: Marcando objetivos y haciendo seguimiento
  5. ¿Cómo ofrecer y recibir feedback? (Y quedar bien en el intento)

Conceptos básicos de comunicación

En lo esencial es donde más se suele fallar, y donde más frustraciones se generan. Así que vamos a repasar los fundamentos para empezar con una base sólida.

  • La comunicación tiene dos actores: Quien emite el mensaje, y quien lo recibe.
  • Las dos partes tienen que hablar el mismo idioma para que se transmita el mensaje.

Un trabajador y un manager hablan idiomas distintos. El trabajador se preocupa del día a día, y habla un lenguaje más técnico. El manager, cuanto más alto en la organización está, más se preocupa de la visión global y usa un lenguaje más abstracto.

Por otro lado, un ingeniero se comunica más en esquemas y páginas de documentación; mientras que alguien de marketing o un manager se comunica más en gráficos y presentaciones.

Como trabajador tiendes a esperar que tu jefe haga el trabajo extra de entenderte en tu idioma, y cuando no es así nos frustramos.

Lo que hay que tener claro es que no hay malicia detrás de estos actos. No todo el mundo es capaz de comunicarse a diferentes niveles.

Si de verdad te interesa, hazte entender, ponte a su nivel.

Y no se trata de hacerle la pelota a nadie, se trata de convertirte en una persona con la que es más fácil trabajar. Se trata de trabajar la empatía y el trabajo en equipo, que son cosas que siempre te van a ayudar a ser mejor persona en general.

Podríamos resumir esto último en dos lemas:

  • Conoce las reglas del juego y podrás hackear el tablero.
  • No seas gilipollas y la gente querrá estar contigo.

Comunicando a tu jefa

Vamos a aplicar estas lecciones a cómo presentar una idea.

En formato, empieza con una presentación:

  1. Expón los problemas a solucionar, o la oportunidad encontrada.
  2. Describe cómo tu solución cambia la situación.
  3. Detalla brevemente el MVP (Producto Mínimo Viable) y los objetivos que validarían tu idea. Acuérdate de incluir tus estimaciones de qué esfuerzos y recursos serán necesarios.
  4. Opcionalmente, comenta otras alternativas que has considerado, y por qué no son aptas.
  5. Abre la participación a otras ideas, puntos de vista, y comentarios.

Recuerda todo lo que hemos comentado anteriormente:

  • Practica la asertividad. No se trata de culpar a nadie, ni vender tu idea. Se trata de dar luz a un problema y abrirse a buscar una solución en grupo.
  • Utiliza todos los números y datos concretos que has recogido anteriormente para reforzar tus observaciones.
  • Enlaza tu idea con los objetivos del proyecto. Cuanto más se apliquen las ventajas a tus interlocutores, más conectarán con tu idea.
  • Prioriza. Comunica los puntos más importantes, no comentes los detalles más técnicos hasta que te pregunten.
  • Comunica de manera clara. Evita el lenguaje técnico, haz que tus interlocutores se sientan listos. Cuando entendemos las cosas nos sentimos seguros y escuchamos más allá de las palabras.

Si todo va bien, empezaréis la siguiente fase, en la que terminaréis de darle forma a la idea y empezaréis a planificar la implementación.

Si las cosas se tuercen

Si encuentras mucha reticencia, muchos comentarios negativos y muchas pegas; igual es momento de dar un paso atrás.

Tenemos que cambiar de estrategia, hay que encontrar dónde está la desconexión entre nosotros y nuestro público.

Haz preguntas. Intenta encontrar en qué puntos estáis de acuerdo.

  • ¿Estáis de acuerdo en el problema?
  • ¿Estáis de acuerdo en el valor de la oportunidad que se presenta?
  • ¿Es la solución propuesta lo que no gusta?
  • ¿Es algún detalle en particular?

Recoge información para preparar tu siguiente asalto.

Puede que algo no haya quedado claramente explicado. Presta atención a pistas en el lenguaje de tus interlocutores, confirma que se ha recibido bien el mensaje y aprovecha para corregir cualquier equívoco.

  • Jefa: Es un alcance muy ambicioso, no creo que podamos permitirnos dedicar ese esfuerzo ahora.
  • Tú: Creo que he comunicado mal algo. ¿Puedes confirmarme el alcance que os he transmitido?
  • Jefa: Yo entendí que propones hacer una aplicación de realidad virtual completa. Eso es mucho trabajo.
  • Tú: Perdón, me he explicado mal, de primeras solo propongo hacer una prueba de concepto que en el muy largo plazo se pueda convertir en una apicación completa.
  • Jefa: Eso tiene mucho más sentido, muchas gracias por aclararlo. Por favor, continúa.

Me he encontrado en muchas ocasiones con que mi propuesta era sólida, pero un detalle insignificante (una palabra, un color…) no gustó y recibía muchas pegas. Al cambiarlas, el proyecto pasó de no gustar a ser lo mejor del mundo ¯\_(ツ)_/¯. No te quedes con respuestas genéricas al estilo “esto no me gusta”, y pide más detalle: “¿Hay alguna parte que te disguste en concreto?”.

Cuando intentas recabar información, el truco de oro es: Pregunta, pregunta, y vuelve a preguntar. Cuanto más tiempo pasen tus interlocutores pensando en tu idea, más útil y concreta será la información que obtengas.

Observa esta conversación:

  • Jefa: Para que tenga éxito tiene que estar listo en dos semanas.
  • Tú: Imposible, no nos da tiempo. Tendríamos que recortar mucho y no se vería bien.
  • Jefa: Bueno, otra vez será.

Nos hemos frustrado y respondemos con una negativa. Estamos cerrando el fluyo de ideas.

En comparación:

  • Jefa: Para que tenga éxito tiene que estar listo en dos semanas.
  • Tú: ¿Vaya, y eso?
  • Jefa: En dos semanas está el evento X, y podemos utilizarlo para darle visibilidad.
  • Tú: ¿Cuánta más visibilidad?
  • Jefa: Unas diez veces más.
  • Tú: ¡Wow! Es mucho, hay que intentarlo. ¿Cuál sería la prioridad?
  • Jefa: En esta etapa, ver la reacción de la gente.
  • Tú: Si es así, ¿nos bastaría con tener el caso de uso número 3? Parece que es el más llamativo.
  • Jefa: Sin duda, si con ese tenemos tirón, podemos hacer el resto con más calma.
  • Tú: Genial, en seguida me pongo a organizar el trabajo.

Con tanta pregunta hemos quedado como un poco idiotas, pero nos da igual. Hemos conseguido obtener mucho contexto, y gracias a eso hemos replanteado el problema entero y encontrado una solución.

En Resumen

Saber comunicarnos en distintos niveles, y saber priorizar la información para conectar con los objetivos de nuestros interlocutores son habilidades que incrementan la posibilidad de éxito de que se acepten nuestras propuestas.

Lo que a veces damos por sentado, otras personas lo entienden de otras maneras. Pregunta y recaba información para asegurarte de que no hay errores en la comunicación.

Si quieres saber más, échale un vistazo a otros artículos en la serie ¿Cómo implementar ideas sin asesinar a nadie?:

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