Has tenido una gran idea, la has analizado en profundidad y te has dado cuenta de que es la mejor ida del mundo. 🐓. Tienes un gran plan, nada puede fallar, lo tienes todo cubierto.
¿Vamos allá? ¿Nos ponemos manos a la obra?
¡Espera!
Imagina que implementas tu idea completa del tirón. Tu equipo se pega trabajando duro varios meses. Y cuando sale a la luz, resulta que no has tenido en cuenta a los usuarios, a nadie le gusta tu producto. Un fracaso total.
¿Qué toca ahora? ¿Rehacer el proyecto de cero? Esto es un fallo caro. Puede suponer la muerte de tu idea.
Ahora imagina que solo haces una prueba de concepto. Algo que sabes que va a fallar por muchos sitios, pero que solo te ha costado unos días implementar.
Te puedes permitir aprender de los errores cuanto antes, ir mejorando poco a poco, y a lo largo de varios meses tener un éxito total. En esas primeras fases, los fallos han salido baratos.
Asume que vas a fallar. Mucho o poco, en algo grande o en los pequeños detalles. El caso es que ninguna somos perfectas.
Pero fallar es bueno, nos ayuda a aprender, nos hace mejores. La clave está en:
- Hacer que los fallos sean parte de tu proceso.
- Hacer que fallar salga barato.
Y vamos a ver cómo hacer esto a lo largo de este artículo.
Este artículo continúa la serie ¿Cómo implementar ideas sin asesinar a nadie?:
Los ciclos de feedback rápido
Empecé a darle mucha importancia al “fallar barato” después de ver el vídeo The 4 things it takes to be an expert (Las 4 cosas que hacen falta para ser un experto).
En este vídeo se lanza varias preguntas. ¿Cómo es que un carpintero puede convertirse en un experto relativamente rápido? Por otro lado, ¿cómo es que la fiabilidad de un corredor de bolsa “experto” es comparable con la de un amateur? ¿Qué es lo que hace a un experto?
Resulta que uno de los puntos clave es poder tener feedback cuanto antes para poder aprender.
Un carpintero puede aprender de sus fallos tan pronto como acaba un mueble. Sin embargo, un corredor de bolsa no sabrá si su cartera de inversiones es exitosa hasta que pase mucho tiempo. El corredor de bolsa no puede aprender suficientemente rápido.
Otro ejemplo que me hizo creyente en “los ciclos de feedback rápido” es Valve (Valve’s “Secret Weapon”).
¿Por qué los juegos de Valve son siempre tan buenos?
Sencillo, hacen tests con usuarios tan pronto como pueden, y los hacen con mucha frecuencia. En lugar de esperar al final del desarrollo, y luego que tener que hacer apaños para mitigar errores, pueden replantear los juegos cuanto antes.
“Falla barato, falla frecuente, aprende de tus errores.”
Producto mínimo viable y procesos iterativos
¿Cómo aplicamos esto a la hora de implementar nuestra idea?
Primero, dividiendo tu proyecto en partes pequeñas.
Siguiendo el proyecto de realidad virtual, que estamos usando como ejemplo a lo largo de esta serie de artículos, al principio decidimos ejecutar un producto entero y funcional del tirón. Nuestros objetivos eran:
- 100 usuarios activos al mes.
- 30 menciones en publicaciones de gran tirada.
- Un 10% más de clientes en el primer mes.
Wow, unos objetivos bastante ambiciosos. ¿Y si no llegamos? Pues habrá sido un fallo muy grande. Después de un gran trabajo en convencer a la dirección de la empresa, haber dedicado meses de trabajo, si fallas nadie volverá a confiar en ti cuando propongas una idea.
Al final nos entra un poquico de sentido común y decidimos hacer algo menos ambicioso.
¿Qué es lo más esencial de nuestra idea? ¿Qué prueba de concepto es lo mínimo que podríamos hacer para validar si nuestra idea tiene tirón o no?
Y nos ponemos manos a la obra para definir un MVP (Minimum Viable Product), o prueba de concepto.
En nuestro caso, es hacer una interfaz mínima, que cubra un único caso de uso que luzca muy bien en vídeo. En lugar de lanzarlo como un producto útil, vamos a publicar un vídeo para el día de los santos inocentes con la esperanza de que se vuelva viral. Nuestros nuevos objetivos son:
- 5.000 visitas al vídeo en el primer mes.
- 100 menciones en redes sociales.
- Recoger información sobre las interfaces de realidad virtual, con la intención de que nos sirva para futuros proyectos.
Algo más modesto.
Si funciona podríamos aplicar lo aprendido en fases futuras, como:
- Publicar un artículo “Qué hemos aprendido al diseñar nuestro producto para RV”.
- Lanzar una beta privada.
- Publicar un artículo y vídeo “Nuestra broma de santos inocentes se hizo realidad”.
- Actualizar el producto y usarlo como excusa para seguir haciendo publicaciones virales.
Si en algún momento nuestro proyecto no funciona… ¡No pasa nada! El coste no ha sido muy alto, y seguro que hemos conseguido algo útil, aunque sea la experiencia.
Pueden pasar dos cosas:
- O bien vemos que, aunque orientamos mal el proyecto en un inicio, con unos pocos cambios podemos conseguir el éxito.
- O nos damos cuenta de que es mejor cancelarlo.
En cualquier caso nos hemos conseguido el respeto de nuestros superiores. Hemos demostrado que sabemos jugar sobre seguro, basando nuestras decisiones en algo sólido, y somos capaces de innovar sin un gran coste para la empresa.
Aplicando un poco de perrería, haciendo un MVP a escondidas
Puede darse el caso que tu MVP resulte tan sencillo que en un par de ratos muertos lo puedes implementar y tenerlo listo cuando vayas a presentar tu idea.
Esto es un arma de doble filo, así que piensa en lo siguiente antes de hacerlo:
Ventajas:
- Es más fácil aprobar una idea cuando ya es tangible, así que aumentas tus probabilidades de éxito.
- Tener algo funcionando te ayuda a enfocar mejor la idea, y a estimar mejor los costes.
Riesgos:
- Puede que al final tu idea no se acepte. Asume que tu esfuerzo puede no dar frutos.
- Puede sentar mal que hayas dedicado tiempo de trabajo a algo no aprobado. Deja claro que no has dejado de lado tus obligaciones.
- Si lo haces en tu tiempo libre puedes estar sentando unas expectativas muy peligrosas. Deja claro que ha sido algo excepcional.
- Cuanto más trabajes en solitario en tu idea, más te enamorarás de ella y más difícil será aceptar el feedback con neutralidad. Prepárate para dejar evolucionar tu idea.
Piensa en tu situación particular y pon las opciones en una balanza. Tener las expectativas claras te ayudará a mantener tu asertividad y tu salud mental en caso de un rechazo.
En resumen
Dividir nuestros proyectos en pequeñas fases, que nos permitan recibir feedback pronto es una estrategia de éxito. También hará que nuestro fallos sean más baratos y se vean como positivos.
Usar ciclos de feedback rápido es una técnica probada que funciona.
Un MVP, o prueba de concepto, es un lugar genial para empezar. Solo ten cuidado si lo haces de estrangis en tu tiempo libre.
Si quieres saber más, échale un vistazo a otros artículos en la serie ¿Cómo implementar ideas sin asesinar a nadie?: