¡Qué satisfactorio es tener buenas ideas! Y qué frustrante es cuando no nos hacen ni caso. En este artículo comparto los trucos que he aprendido a lo largo de los años para conseguir que una idea tuya se haga realidad.

Un día estás en tu trabajo dándole vueltas, y se te ilumina la cabeza. ¡Has tenido una idea brillante! ¿Y si hacemos una aplicación para realidad virtual de nuestro producto? (Por ejemplo) Seguro que vendemos un montón.

Dibujo golo con idea, golo llevando dibujo a su jefe.

Vas toda feliz a tu jefa con tu plan maestro, se lo explicas en detalle y…

¡Te dicen que es un plan irrealizable!

¡Qué mal! No te han escuchado, no entienden la genialidad de esa idea. ¿Es que no quieren hacerse ricos? ¡Vaya rabia más homicida!

Dibujo golo muy enfadado estilo anime.

Bueno, respira, no es el fin del mundo.

Aplicando un poco de asertividad y otro poco de perrería, puedes conseguir que tus ideas se tomen más en serio y que tengan más probabilidad de éxito al llevarlas a cabo. Y esto es muy bueno para nuestro autoestima, como cada vez que conseguimos algo. Por no hablar de cómo tener esa iniciativa puede hacer maravillas en nuestra carrera profesional.

Versión del meme stonks con golo como protagonista.

Los ingredientes de una buena idea

Ahora, no todas las ideas merecen la pena. Muchos de los consejos que voy a compartir sirven para detectar si una idea es buena o no. Tan importante es el saber vender una idea, como saber cuándo es mejor descartarla.

Después de todo, tener una idea no significa mucho. Podemos tener cientos de ideas en un día. Lo verdaderamente importante es:

  • Conectarlas con un contexto más grande: Cómo afecta a usuarios, cómo encaja en los objetivos de una empresa, etc.
  • Comunicar: Poder transmitir tu idea a diferentes niveles, y que otros la sientan como suya.
  • Adaptarse: Saber aplicar el feedback de otras personas para terminar de formar la idea.
  • Ejecutarlas: Conseguir levantar nuestra idea ladrillo a ladrillo, superando todos los retos del camino.
Diagrama de los cuatro ingredientes para una buena idea. La idea conectada con objetivos, golo comunicando la idea a su jefa, la idea evolucionando gracias a la conversación, y golo ejecutando la idea a su manera.

4 Reglas de oro para implementar ideas satisfactoriamente

Mi experiencia durante años me ha hecho agrupar mis consejos en estas cuatro reglas de oro:

  1. Haz tu trabajo previo.
  2. Falla barato.
  3. Habla el idioma de tu interlocutor.
  4. Marca objetivos, haz seguimiento.
Diagrama de las cuatro reglas de oro para implementar ideas.

Antes de empezar a hacerme aquí el gurú que todo lo sabe, quería explicar de dónde salen estos consejos.

Tengo mucha experiencia gestionando proyectos. Desde joven daba clases de teatro, clases particulares, en la universidad llevaba un grupo de cine, fui monitor y director de campamentos, coordiné a un equipo que recaudaba fondos para ONGs. Recientemente gestionaba a un equipo de una empresa americana, con jefes y subalternos a miles de kilómetros de mí.

Golo luchando contra una horda de niños zombies en su etapa de monitor de campamentos.

Como ves, mucho trabajo voluntario. Motivar a un grupo de voluntarios tiene una complejidad extra, y es que la gente está allí porque quiere. En el momento en que el proyecto no les motiva, se piran. Si se fuerza una idea que no motiva, se piran. Si no hay buen rollo, se piran.

En el mundo laboral me he encontrado con otro tipo de problemas, principalmente dos:

  • Unos egos increíbles que no caben en este mundo, estos egos echarán para atrás cualquier idea que no sea suya.
  • Y gente con una agenda terriblemente ocupada, que necesitaban escuchar las cosas muy trilladas y muy claras para poder empezar a considerarlas.

Con esta experiencia quiero decir que no soy ningún experto, algo se, sí. Aunque lo que me ha funcionado a mí no tiene que funcionar a todo el mundo, espero que estos consejos te sirvan para inspirarte a encontrar algo que funcione para ti.

Una vez puestos en contexto, ¡vamos a entrar en materia!

1. Haz tu trabajo previo

Bombilla construida con datos gráficas, ideas, fases y lista de las personas que pueden participar.

Como hemos comentado antes, aparte de tener una idea, hay que poder ejecutarla.

Respeta el tiempo de los demás y trabaja un poco antes de presentar una idea.

  • ¿Estás dispuesta a ejecutar la idea o la vas a soltar en los hombros de otros?
  • ¿Es una buena idea?
    • ¿Cómo encaja esta idea dentro de la visión general del proyecto?
    • ¿Cómo ayuda a los objetivos del proyecto?
    • ¿Y a los objetivos de tu equipo?
    • ¿Cuáles son los costes? (Tiempo, esfuerzo, dinero).

Demuestra que eres capaz de tomar decisiones basadas en datos.

Si no tienes las cosas claras, pide ayuda. Si te llevas bien con tus compañeros, este puede ser un buen momento para pedir favores de vuelta.

Una herramienta útil es lanzar globos sonda:

  • Tú: He estado pensando en formas de llamar la atención sobre nuestro producto.
  • Jefa: ¿Sí? Seguro que a los de marketing les encanta.
  • Tú: Últimamente estoy aprendiendo cosas de Realidad Virtual, no se si podría hacer algo con el producto.
  • Jefa: Es llamativo, aunque no conecta mucho con el producto.
  • Tú: ¿Y qué crees que le interesaría a marketing?
  • Jefa: Creo que andaban buscando algo viral, que traiga muchas visitas. Y también algo llamativo para el stand de la próxima feria.
  • Tú: ¡Muchas gracias! Le seguiré dando vueltas :).

Si te fijas, no hemos vendido nuestra idea. Nuestra jefa, en lugar de ponerse a la defensiva, ha tenido una actitud creativa y resolutiva.

Hablaremos en profundidad de este tema en el artículo ¿Cómo prepararse para presentar una idea?.

2. Falla barato

El ciclo de fallar barato: Realizar una hipótesis, probar, evaluar los resultados.

Puede que tengas la mejor idea del mundo, pero el universo es un c@b#n al que le gusta dar lecciones de humildad.

Asume que vas a fallar. Mucho o poco, en algo grande o en los pequeños detalles. El caso es que ninguna somos perfectas.

Pero fallar es bueno, nos ayuda a aprender, nos hace mejores.

  • Haz que los fallos sean parte de tu proceso.
  • Haz que fallar salga barato.

¿Cómo lo conseguimos?

Dividiendo tu proyecto en partes pequeñas. Puedes presentar tu idea completa, pero céntrate en una primera fase de alcance reducido.

Si tus objetivos son humildes, será fácil conseguirlos. Y obtendrás contexto para orientar las siguientes fases del proyecto.

Si la primera fase de tu proyecto apenas supone unas horas de trabajo, aunque no funcione la pérdida no es grande.

De hecho, si fallas, se valorarán otras cosas positivas. Por ejemplo, si has sabido ejecutar el proyecto a tiempo, o si has sabido evaluar bien los objetivos. En el futuro volverán a confiar en ti.

Hablaremos en profundidad de este tema en el artículo ¿Cómo tener éxito fallando barato?.

3. Habla el idioma de tu interlocutor

Golo y su jefa hablando cada uno en su idioma. No se entienden. Golo y su jefa hablando en el mismo idioma, se entienden.

¡Ha llegado el momento de presentar nuestra idea!

Aquí, lo que vamos a hacer es comunicar:

  1. Que has encontrado un problema, o una oportunidad.
  2. Que has adelantado trabajo pensando en opciones.
  3. Que te gustaría coordinar la implementación de una solución.

Hay que conseguir que la gente sienta nuestra idea como suya, y entre todos hacerla evolucionar.

Los jefes hablan en leguaje Power Point, así que empieza con una presentación:

  1. Expón los problemas a solucionar, o la oportunidad encontrada.
  2. Describe cómo tu solución cambia la situación.
  3. Detalla brevemente el MVP y los objetivos que validarían tu idea. Acuérdate de incluir tus estimaciones de qué esfuerzos y recursos serán necesarios.
  4. Opcionalmente, comenta otras alternativas que has considerado, y por qué no son aptas.
  5. Abre la participación a otras ideas, puntos de vista, y comentarios.

Si todo va bien empezaréis la siguiente fase del proyecto.

Si las cosas se tuercen hay que cambiar de estrategia. Intenta encontrar dónde está la desconexión con nuestro público.

  • ¿Estáis de acuerdo en el problema?
  • ¿Estáis de acuerdo en el valor de la oportunidad que se presenta?
  • ¿Es la solución propuesta lo que no gusta?
  • ¿Es algún detalle en particular?

Deja hablar a los demás, recoge contexto. Aprovecha para pivotar el proyecto donde haga falta. Utiliza el material que has preparado para aclarar cualquier equívoco.

Hablaremos en profundidad de este tema en el artículo ¿Cómo hablar el lenguaje de tu jefe?.

4. Marca objetivos, haz seguimiento

Las cuatro fases del proyecto, con sus objetivos y las medidas realizadas.

¡Enhorabuena! Hemos conseguido que nuestra idea se apruebe, y ahora estamos dirigiendo un proyecto. 🎉

Hay mucho que hacer, pero no intentes hacer todo de una vez, divide en fases pequeñas. Aplica la misma filosofía de fallar barato que cuando tratamos los MVPs.

Sobre todo, marca objetivos para cada fase. Comunica esos objetivos y asegúrate que todo el mundo está alineado. Gestionar las expectativas es uno de los trabajos más importantes en la gestión de un proyecto.

Una vez empieces, ten claro en todo momento cómo va el proyecto. Sobre todo qué areas están en riesgo. Lo último que queréis (tú y tus jefes) son sorpresas de las malas. Es mejor hablar de los problemas cuando aún tienen solución.

Y por último, escucha y adáptate. Vas a recibir muchas opiniones y aportaciones.

Pero recuerda. ¡No necesitamos otro Titanic!

El hundimiento del barco se podría haber evitado si hubieran escuchado a los numerosos avisos de icebergs en la zona.

Hay que aprender a escuchar, filtrar, y actuar.

Hablaremos en profundidad de este tema en el artículo Ejecutando ideas: Marcando objetivos y haciendo seguimiento.

Ofreciendo y recibiendo feedback

Si aplicas los consejos anteriores deberías tener una buena base para que tu idea se haga realidad.

Me gustaría terminar esta saga de artículos con unos consejos para gestionar aportaciones y críticas.

Recibir aportaciones es señal del éxito. Hemos tenido una idea que ha gustado tanto, que la gente quiere participar, hacerla mejor, y dejar su granito de arena.

  • Cuando recibas feedback, asegúrate de poder prestar atención. Agenda una reunión en otro momento si es necesario.
  • Practica escucha activa.
  • Habla con claridad y honestidad, sin olvidar la asertividad.
  • Pide datos.
  • Si detectas un punto flojo, indícalo.
  • Si notas que falta contexto, ofrécelo.
  • Por último, da explicaciones. Que tus decisiones no suenen arbitrarias.

Dedica tiempo a guiar y enseñar, los demás se sentirán más realizados trabajando contigo y recibirás mejores aportaciones en el futuro.

Cuando el feedback venga de tus superiores, pregunta y vuelve a preguntar. Suelen ser gente ocupada que no siempre habla claro, o que da cosas por sentadas. Es mejor parecer tonto y hacer un buen trabajo, que perder el tiempo en hacer un mal trabajo.

Y por último, estate alerta si recibes mucho feedback que no tiene sentido. Es una bandera roja indicando que los objetivos no están claros. 🚩

En estos casos es mejor echar un paso atrás y volver a alinearse en lo más básico.

Hablaremos en profundidad de este tema en el artículo ¿Cómo ofrecer y recibir feedback? (Y quedar bien en el intento).

Conclusión

Ser proactivo y presentar ideas es un signo de que algo te interesa. Pero puede ser un foco de frustración.

Saber cómo presentar tus ideas, y conseguir llevarlas a cabo satisfactoriamente te ayudará a mejorar tu autoestima y hará crecer tu carrera profesional.

Cuando presentas una idea hay muchas cosas que se valoran. Saber darle forma y ejecutarla es lo que te va a distinguir del resto. Incluso si la idea falla, pero haces las cosas bien por el camino.

Y sobre todo, la buena comunicación, el orden, y la asertividad son las herramientas que te van a abrir más puertas. ¡Practícalas!

Si quieres saber más, échale un vistazo a otros artículos en la serie ¿Cómo implementar ideas sin asesinar a nadie?:

  1. ¿Cómo prepararse para presentar una idea?
  2. ¿Cómo tener éxito fallando barato?
  3. ¿Cómo hablar el lenguaje de tu jefe?
  4. Ejecutando ideas: Marcando objetivos y haciendo seguimiento
  5. ¿Cómo ofrecer y recibir feedback? (Y quedar bien en el intento)